Si bien siempre evangelizamos acerca de la limpieza del sensor y es una pregunta recurrente en nuestro consultorio, no todo tiene que ver con la cámara. Es verdad, una cámara con pequeñas partículas de polvo sobre el sensor puede causar grandes dolores de cabeza y supone unas manos muy calmas para limpiarlo o unos días sin ella, pasando de mano en mano en el servicio técnico.
Pero el polvo y la suciedad en general no discrimina y puede atacar tus lentes. Ya hemos revisado algunas veces el tema de si la suciedad en las lentes afecta o no la calidad de las imágenes y la conclusión final era que no. Diversas pruebas que comenzaron con pequeños pedazos de cinta sobre el elemento frontal hasta la remoción completa de este concluía que el efecto era bastante menor e imperceptible, tanto como para continuar utilizando la lente sin preocuparse por como afecta esta a la imagen.
Resulta que a fin de cuentas, si hay un efecto mínimo y detectable en las imágenes, aunque solo en ciertas condiciones especificas y en ciertas lentes determinadas. Una discusión de Reddit fue lo que disparó esta cuestión, con la siguiente imagen, preguntando si los pequeños puntos oscuros se debía a suciedad en el sensor:
Pues resulta que no, el sensor se encontraba limpio. El problema era la lente. Pequeñas partículas de tierra estaban depositadas en los elementos frontales y traseros de esta y solo se manifestaban a grandes aperturas, exclusivamente en el bokeh de la imagen. Esta es la única manifestación que la suciedad en la lente puede tener, en lentes de grandes aperturas y en situaciones de desenfoque muy grandes, completamente opuesta a la del sensor (que solo aparece a aperturas muy pequeñas). ¿La solución? Una buena ráfaga de aire con un pequeño compresor. Esto desplaza cualquier partícula rebelde y permite la formación de un bokeh completo, redondo y sin puntos negros.
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