Pateando la ciudad, con un teléfono en el bolsillo, siempre se encuentra un lugar que nos haga mirar durante un rato. Siempre existe un lugar que atraiga nuestra atención fotográfica, por sus tonos, por sus luces, por su ambiente. Después saldrá de una forma o de otra la fotografía, pero lo importante es que hemos estado receptivos en cuanto a la percepción de momentos fotográficos, vivencias fotográficas.
Este estado de percepción nos lleva a conseguir imágenes, que, aunque cotidianas, muchos otros no las ven.
Bueno, no tienen la mejor calidad, pero el momento está captado.
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